Dado lo señalado anteriormente… venimos muchos, ya estresados por demás… sin contar con la última semanita que me tocó vivir: Mr. Milo, Cumpleaños, NOTICIAS (malas), desaparecidos que mejor siguen en dicha situación, además de trabajo (que no respeta descansos ni resacas)…
Resultado: ¡LUNES DEMOLEDOR!
Remedio: ¡¡¡CARRITOS CHOCONES!!!
Vaya terapia… claro, tengo la ¿suerte? De trabajar right next to a play Land park… wooow vaya bendición en momentos como este: Con un almuerzo reventante; y eso que quería iniciar una dieta veraniega que incluso hoy (culpa de G) no pude iniciar; una conversación nostálgica, ganas muy menguantes, escasas y debilitadas y cara de tranca semanal muy fatal…
- ¿Qué dicen? ¿Nos subimos a los carritos?
Miradas de incredulidad, sobre todo del "finísimo" Frstu….
- “¿¿….Si??
Replicaba muy tímidamente, como si le estuviese NO PERMITIDO el demostrar entusiasmo a tan aniñado (pero necesario) antojo…
- ¡Si!!!
Gritábamos ambas féminas depositadas a su costado….
- ¡¡¡3 boletos para los carritos!!!
Muchas otras más miradas incrédulas dirían: ¿que hace aquella damita, en falda muy ejecutiva, tacones altos y muy a la cartera trepándose a un carrito chocón? (no de los más pulcros, no de los más modernos).
- Señor y esto ¿cuánto dura?
Sonrisas van, sonrisas vienen… no anda mal el hecho de coquetear con tal de que el paseíto dure más de lo estándar…
- 2.5 minutos señorita
- ¡Qué!!!!!!!!!!!!!!! ¿Sólo 2.5 minutos????
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Claro, los dos minutos y medio volaron, se fueron espantados, quizás con ganas de no volver jamás… y además dejándonos con la siguiente y profunda reflexión (en realidad doble):
1) “Esto debería durar media hora por lo menos…”…
2) "¡La próxima semana deberíamos probar con el gusanito!"
Envídienme…