¿Alguna vez vieron "Premoniciones" (Premonition), aquella película de inicios del año (2007) con Sandra Bullock en la que ella de pronto empieza a tener "premoniciones" (valga la redundancia) acerca de la muerte de su esposo? Yo la ví hace varios meses, antes de aquel 23 de setiembrey con esto ya se habrán dado cuenta que mi vida en estos momentos se divide en antes y después del 23/09/07.
Pues como era de esperarse, mientras la trama seguía una y otra vez y inexcusablemente llegaba el fatal desenlace, lo único que podía hacer firmemente y coherentemente era romper en llanto (vaya llanto) imaginándome: ¿pero quien se encuentra libre de una fatalidad de tal índole? con las solas ganas de tener a mi lado a aquella persona, saber que se encontraba perfectamente, que nada le pasaría y que estaríamos juntos a pesar de todo. ¡Que ganas de llamarlo en aquel momento! ¡Que ganas de decirle: Asegúrame que nada te pasará y que llegarás a Lima sano y salvo y estaremos juntos finalmente!. Aunque luego de tan retorcido y tormentoso pensamiento no lo hice y quizás sólo por esas seis horas de diferencia (horas que gracias a Dios no desencadenaron en otro drama más) no puedo negarles que aquella noche me fui a dormir con una sensación de inseguridad terrible; como algo o alguien diciéndome: ¡Ojo Natalia, nada dura para siempre!
Gracias por sentir cuando sientes y por callar cuando debes. No sé si por comprenderme soy difícil de entender soy complicada de vivir... soy distinta... soy todo y nada a veces...
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