domingo, 13 de enero de 2008

Distracciones en la vida

Por que sólo son eso, y que coraje saber que por esas distracciones te enfrentas nuevamente con aquel ser que te dio vida (vengo hablando de ti madre). Pero bueno vamos, todas (y hablo ahora de nosotras las mujeres) necesitamos esas breves distracciones en el alma y cerebro. Y NO, OJO; no hablo de distracciones físicas. Ahora bien, si una pequeña autoayuda te alivia aquella distracción: ¡Felicitaciones y que lo disfrutes!

Pero volviendo al tema; estoy hablando, digamos escribiendo; acerca de esas tontas distracciones (y hablo de esa distracción que te aleja del tema importante en cuestion: vida y futuro) que aparecen en tu vida en momentos en que te sientes sola, quizás aún con el corazón con agujeritos* y claro, que mujer no se siente un poquito alagada si un hombre, mas allá de haberte dañado en el pasado te dice: aún te sigo queriendo, o te pregunta quizás con mucho descaro ¿volverías conmigo?. Mas allá de tomar 100% en serio aquellas declaraciones, es sólo un bálsamo a ese pequeña y exagerada soledad que te fuerzas a sentir en momentos "post-ruptura".

En todo caso, todo aquello está bueno si al cerrar el día (luego de obligadas reflexiones y en este momento AGRADEZCO A TODOS AQUELLOS QUE ME QUIEREN Y me dicen: ¡No, Natalia, no vuelvas al pasado por favor! ¡Como los quiero a todos!) te acuestas y abrazándo a tu almohada (que no me queda que abrazar en estos días dado el estado de soltería por el que vengo pasando hace algunos meses) te reconoces aún prisionera de ese sentimiento y dices: Todo viene y se va en el momento preciso, en el momento que debes decir ¡Adios! o en el momento que debes decir ¡Bienvenido!

(*) Chiquititas, TELEFE

nAT
12/01/08

1 comentario:

Anónimo dijo...

Decía Lawrence Durrell

[...]sólo hay tres cosas que puedes hacer una mujer: amarla, sufrir por ella o convertirla en literatura[...]