miércoles, 7 de mayo de 2008

A quemar choclos

Hoy quemé no sólo uno, varios choclos.. Ojo, sin intención... y es que claro ¿quién me manda a salir de casa y no avisar y luego aparecerme con acompañante, ocupar (sólo un rato) la cocina;ya ocupada por un grupo de choclitos que mamá puso pues por que se le antojo, subir sin apagar la misma; para luego verme sorprendida por ese olor espantoso de alimento quemándose? "...¡MIERDA! EL CHOCLO SE QUEMA..." bajé corriendo y traté de enmendar un error de presunción, más que de dejadez...

Ya le había dicho a ella... "... ¿apago el choclo?..." y ante su mirada de despreció, sólo me quedó ¿pensar? "mejor ni lo toco". "... Sólo quiero saber en que momento desocupas la cocina para que pueda comer..." dijo. Listo, me apuro, me muevo y le dejo la cocina para ella, asumiendo (claro, siempre erróneamente) que notaría mis pasos al subir las escaleras; desentendiéndome del tema... (al parecer, ella hizo lo mismo).

¿Se imaginan su cara, al ver que sus choclos se habían quemado? "... ¿qué te costaba apagarla?..." Pues nada, me costaba poco, me costaba nada. Pero claro, asumí que ella lo quería hacer y ya me vieran comiendo choclo quemado......... uf.... a ver por cuanto tiempo se viene esta peleita de las de siempre... de las seguidas.

1 comentario:

Ciandra dijo...

Jajaja...Acabas de resumir las relaciones entre madres e hijas.Esperar que la otra lea lo que una siente, entrar y salir sin avisar, comunicarse entre líneas y de vez en cuando comer las tostadas negritas.
Peleitas, dependencia, llega el día de la madre lleno de ganas de aceptar que mal que bien ella esta al otro lado del espejo.