La suerte, como tal: NO EXISTE. Algunos quizás podrían decir que tampoco las coincidencias, pero a la fecha pueda decir expresamente que las coincidencias sí existen y forman parte del sendero que te va poniendo la vida por delante… allá tú si decides tomar algún atajo … algún camino distinto o alterno…
El 06 de abril desde que el gran villarán paso a la fila de mis más entrañables amistades, dejó de ser un día ordinario (aunque este año no haya podido saludarte, está de más decirte que te pensé y que incluso te llamé) y mejor aún, resultaría siendo el día en que nuestros ojos se cruzaron por primera vez; y ahora ya no hablo de aquella entrañable amistad, si no de aquél que algún agudo canario manifestara como el protagonista principal de esta mi pequeña y humilde bitácora.
El mundo nos puso a la misma hora y en el mismo momento, en ese mismo lugar para que con un simple: “… hola…” toda esta aventura diera inicio…
Hoy sólo puedo agradecer su elección… y la elección de las mejores de mis imágenes… esa sonrisa que enamoró a la más exquisita y exigente mirada que jamás puso los ojos en mi…
Y es que a veces sólo un par de palabras son necesarias para saber que tienes al frente a la persona indicada, a la persona correcta. Y esa certeza que a veces vamos buscando de la vida en cuanto libro de “el poder de atracción” se nos pone en frente; te aparece tan sólo con su presencia, esa en la que sabes a ciencia cierta que no te estás equivocando, que estás en donde se supone que tienes que estar, en el lugar al que perteneces; llena de esa sensación de saber que estás durmiendo al lado de la persona que es para ti. Certeza que, creo yo; sólo llega una vez en la vida… certeza que te permite dar, entregar y recibir con el alma 100% liberada y 100% entregada.
El 06 de abril desde que el gran villarán paso a la fila de mis más entrañables amistades, dejó de ser un día ordinario (aunque este año no haya podido saludarte, está de más decirte que te pensé y que incluso te llamé) y mejor aún, resultaría siendo el día en que nuestros ojos se cruzaron por primera vez; y ahora ya no hablo de aquella entrañable amistad, si no de aquél que algún agudo canario manifestara como el protagonista principal de esta mi pequeña y humilde bitácora.
El mundo nos puso a la misma hora y en el mismo momento, en ese mismo lugar para que con un simple: “… hola…” toda esta aventura diera inicio…
Hoy sólo puedo agradecer su elección… y la elección de las mejores de mis imágenes… esa sonrisa que enamoró a la más exquisita y exigente mirada que jamás puso los ojos en mi…
Y es que a veces sólo un par de palabras son necesarias para saber que tienes al frente a la persona indicada, a la persona correcta. Y esa certeza que a veces vamos buscando de la vida en cuanto libro de “el poder de atracción” se nos pone en frente; te aparece tan sólo con su presencia, esa en la que sabes a ciencia cierta que no te estás equivocando, que estás en donde se supone que tienes que estar, en el lugar al que perteneces; llena de esa sensación de saber que estás durmiendo al lado de la persona que es para ti. Certeza que, creo yo; sólo llega una vez en la vida… certeza que te permite dar, entregar y recibir con el alma 100% liberada y 100% entregada.
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