Me ronda el cuestionamiento día a día desde aquel primer memorable septiembre de mi vida. Eramos muy amigos, y ya no importa más si la atracción de su parte vino primero o no; o que ya frente a mí, la atracción (mía hacia él) me devorara por completo.
Cuestionamiento ni si quiera ya absurdo, y es que me paso los días preguntándome... ¿que tal si no hubiera cruzado esa línea que divide la amistad, de eso que viene después entre un hombre y una mujer? ... Lo sé... de nada valen los arrepentimientos y vaya que no me arrepiento... ¿Cómo poder decir "Mejor no lo hubiera hecho..." si fue él quien más mujer me hizo sentir, si fue él quien con sólo rozar mi espalda me llevó hasta las nubes?
Y claro el tema viene cuando luego de tanta revolución, la ilusión (típico en mí) pasa a formar parte de mi día a día. Ilusión que siempre va buscando cierta forma de "compromiso"... sin existir la base para tal. Y es que ¿tanto me demoré para reconocer que efectivamente en aquella oportunidad, la ecuación: amistad + sexo (no importa si explícito o no), dio como resultado... enamoramiento?
No es que lo haya negado, pero siempre lo declaré como una situación que estuvo a punto de llegar a eso, al estar enamorada. ¿Es factible acaso que un par de días a su lado me hayan enamorado?... Siempre lo definí como ilusión... que TODOS sabemos es muuuuuuuuuuuuy distinto. Ilusión que se vino abajo como torre de barajas, luego de que él definiera lo nuestro como un maravilloso encuentro sin base para un compromiso y sin sendero determinado... (¿mas claro para qué?)
¿Y que importancia tendría ahora? Hoy, que ya pocos rastros de aquella amistad inicial quedan. Importancia que cobra vida dado que en mi caso, la amistad trascendió y es por eso quizás que sigo añorando su presencia, su forma de ver la vida y nuestros eternas discusiones dado que ambos poseemos distintos puntos de vista. Por eso me pregunto: ¿no será que la habré cagado?
... Ojalá me equivoque
No hay comentarios:
Publicar un comentario