Recuerdo que su primera impresión, hablando del primero que entro a casa como "el novio", fue negativa y sin ser aún el dueño de ese título. Claro que no te faltaba razon señora madre, ya que logró convertirse en el mayor de los embusteros en la historia de la familia Ladrón de Guevara (si madre) Villafuerte también. Y si ese aquel embustero está leyendo esta breve reseña de la que mi madre será protagonista, estoy más que segura que se sentirá descubierto. ¡No me gusta!... ¡Hay algo en su mirada que no me da confianza Natalia, además usa zapatos feísimos! (¿si se lo dije?, Claro que sí ...) Pero madre sólo hay una y casi nunca (ojo, casi nunca) se equivoca.
Aún asi, a pesar de esta advertencia (que para mi verguenza, no fue la única) decidí meterme por completo, creyendo (claro, como no) que él conmigo sería diferente CLASICO ERROR...
Un año entero (más por mi testarudez que por sus ganas) mantuve una relación de la cual (al segundo mes) estaba segura no funcionaría. Ya sin él decidí dar rienda suelta a mis ganas de vivir, esa que quizás debió ocurrir entre mis 16 y 26 años, pero es que esa época se la dedique un poco al deporte y un poco al estudio y siendo tan esquemática como lo fui (mucho más) no me quedaba más que rechazar propuestas y mirar por encima a todo aquel que si quiera me insinuara un pequeño cortejo, ya hablaré de "las inseguridades" en otra oportunidad.
Ya me vieran a los 29 casi recién cumplidos, con mucho por descubrir. Viernes y sábados: nuevos outfits, nuevos peinados, maquillaje y que empiece la rumba ¿si conocí a alguien? muchos ¿si alguno valio la pena? NO, ¡Ni uno! frente al segundo típico conflicto madre-hija ¿qué estas buscando? ¿por que sales tanto? ¿qué es lo que quieres lograr de los hombres? ¿por que te vistes así? Acaso no te das cuenta que vistiendote asi y saliendo tanto no lograrás nada, ¿es eso lo que quieres de tu vida?
Analicemos:
Días de salida: viernes y sábado
Duracíón de dicha etapa: quizás sólo 5 meses
Vestimenta: Soy clásica, moderna también, pero ¿descarada? ¡¡¡jamas!!! además luzco como un palo de escoba, no tengo una tremenda delantera, a decir verdad me hace falta, y por detrás, no es que los hombres volteen a mirar esa parte de mi (muy bien considerado por mi persona) cuerpo.
Entonces ¿de que estamos hablando? lógico, si al dia siguiente de una salida voy directo a mi madre a contarle que tal la noche y le salgo con narraciones como la siguiente: ¡Ayer estaba bailando con un tipo y depronto me jalo y me queria besar! por su puesto me moleste y me fui (cerebro de madre, de la mía en todo caso: ¡Que clase de comportamiento tendrá en sus salidas para generar ese tipo de aproximaciones!)
A lo que pienso: confío en mi madre, le cuento todo y ¿que gano? Que en un momento de ansiedad e impotencia me eche en cara detalles personales que ni siquiera son como ella los imagina ¿solución? ¡QUEDATE MUDA!
Inconveniente: ES IMPOSIBLE QUE NATALIA se quede muda...
Tercer conflicto y quizás en el que más razón le de a mi madre: encontrarte un nuevo novio que no habla tu idioma, ni siquiera muy bien el inglés y que además sea judio y viva con un personaje controversial y cuestionado en la mal llamada farándula limeña ¡Dios a donde fui a parar!
¿y que pasa cuando tu cultura nada liberal se mezcla con otra diametralmente opuesta a la tuya?
Pues... o te vas corriendo o te empiezas a llenar la cabeza con esta corriente liberal; como se imaginaran, corriendo no me fui, me quede y me quede parcialmente contenta por que en el fondo mi tradicionalismo algo adormecido por la atracción increiblemente inmensa que me invadio desde el día que lo conocí, lanzaba cada cierto tiempo alertas al comienzo del tipo amigables y luego algo amenazantes.
Y cómo podría reaccionar una madre frente a una hija que cambia totalmente todos sus esquemas de la noche a la mañana por una nueva relación: ¿Qué paso con todos eso ideales de pareja? ¿Cómo es que ahora estas cosas te parecen normales y antes te parecían atroces? ¿Tanto te gusta y te atrae esa persona que eres capaz de perder tus principios? No, no se asusten, no es que me hubiera convertido en una delincuente de la noche a la mañana, pero si tuve unos meses de comportamiento super ajeno a lo tradicional de mi esquema. La única respuesta que tenía para dar, era la misma que me daba a mi y al resto del mundo: Se que está mal, pero déjame equivocarme, ya pasará.
Y pasó...
Ella no se equivoco y quizás me podría atrever a afirmar que tampoco yo. Sabía que no tenía sentido, sabía que no llegaría a mas y sabía que por algunos meses no hice más que engañarme por que equivocadamente me encontraba en un estado total de necesidad de afecto.
Y la vida, luego de ese pequeño desliz; me dio la tranquilidad y la paciencia para aceptar aquella etapa. Decidí darme un tiempo a solas, sin salidas, en familia. A pesar de todo aquello que siempre tuve y nunca me falto, había una parte de mi que sentía necesidad de compartirse con alguien más y es cuando conozco al que vendría a formar parte de este último conflicto con ella, que no apareció hasta el final de la historia. Cuando lo hice público (a los días de conocerlo) pude ver en sus ojos cierta ilusión, por supuesto que lo pude ver, pero la historia se vuelve mucho más compleja y difícil si se trata de alguien que vive a miles de kilómetros de distancia y nunca he visto en persona. Aquel que sabe de lo que hablo, sabe perfectamente que para enamorarse no necesitas tocar, al menos no al inicio y no puedo ni pretendo convencer a nadie que eso es real y puede pasar, me paso y es mi historia y sólo deseo trasmitirla. Ya de pronto cuando lo sentí cada vez más real y más seguro, fui contándolo. Aunque sólo a las personas más importantes en mi entorno. Mi día a día era con él en el medio, presente día y noche, lo que hacía que la ilusión y sentimientos vayan creciendo de manera indescriptible. Sólo cinco meses pasaron hasta que finalmente entró a casa.
¡Dios! hasta ahora recuerdo que mis ilusiones y mis nervios eran los suyos (hablo de mi madre) hasta ahora recuerdo que un día antes de llegar se quedó despierta conmigo hasta tarde arreglando lo que sería su cuarto, recuerdo que camino a casa ya con él a mi lado, llamó para preguntar como iba todo, incluso recuerdo que luego de un día entero al volver a casa me miró sonriendo y me preguntó en voz baja: ¿todo bien? ¿ya son novios?...Hoy pienso ¡No sabes cuanto daría por hacerte feliz si quiera con esto... diciéndote todo está bien, vamos a seguir juntos, no nos equivocamos, ni tu ni yo. Pero la vida no es así de fácil y las cosas no tienen que ser necesariamente como queremos!
Cuando el partió dejó un vacío tan inmenso que me costaba respirar, y sólo dos o tres días después de su partida aparecieron mis temores, ese miedito estúpido (y a veces quizás certero) que me decía: ¿qué pasa si no vuelve?, ¿qué pasa si esta es la última vez que estaremos juntos?, ¿qué pasa si no soy lo suficientemente buena para él?, ¿qué pasa si no colmé sus expectativas?, ¿qué pasa si no calé en lo más profundo de su corazón?... dudas y miedos que no hicieron más que producirme fantasmas alejándome de él. Si a eso le sumas sus propios miedos y sus propias dudas, la relación no puede continuar y así sucedió.
Con el corazón herido y tratando de borrarlo de mis planes, de mis sueños y de mi vida, tuve a mi madre al frente diciéndome ¿cuánto tiempo más seguiras cometiendo estos estúpidos errores y perdiendo tu tiempo? ¿Ya te diste cuenta que te equivocaste? ¿Por que lloras y por que sufres por alguien que no vale la pena?. Quizás hoy me da risa y me permito sonreir, pero en ese momento necesitaba un abrazo y no una fila de reproches que quizás eran para ella. Hoy no lo se, no se cómo mirarla ni cómo acercarme y cómo decirle que la necesito y que sólo quiero que me escuche y me diga: Esto también pasará.
Sé que quieres que te haga feliz viéndome realizada y dentro de una relación estable. Yo creí en él y creí en la relación, y sé que tu también lo hiciste como mucha gente al rededor, pero son mis sueños los rotos, es mi corazón el dañado y es mi vida. Déjame sufrir y déjame equivocarme, déjame seguir con la esperanza de que volverá por mi y déjame sufrir cuando finalmente reconozca que eso nunca sucederá.
Te quiero mucho y no se vivir sin ti a pesar de que muchas veces me resultes insoportable (tranquila, sé que te resulto insoportable gran parte del tiempo también) pero se además que me amas tanto como yo a ti.
Nov. 07
Aún asi, a pesar de esta advertencia (que para mi verguenza, no fue la única) decidí meterme por completo, creyendo (claro, como no) que él conmigo sería diferente CLASICO ERROR...
Un año entero (más por mi testarudez que por sus ganas) mantuve una relación de la cual (al segundo mes) estaba segura no funcionaría. Ya sin él decidí dar rienda suelta a mis ganas de vivir, esa que quizás debió ocurrir entre mis 16 y 26 años, pero es que esa época se la dedique un poco al deporte y un poco al estudio y siendo tan esquemática como lo fui (mucho más) no me quedaba más que rechazar propuestas y mirar por encima a todo aquel que si quiera me insinuara un pequeño cortejo, ya hablaré de "las inseguridades" en otra oportunidad.
Ya me vieran a los 29 casi recién cumplidos, con mucho por descubrir. Viernes y sábados: nuevos outfits, nuevos peinados, maquillaje y que empiece la rumba ¿si conocí a alguien? muchos ¿si alguno valio la pena? NO, ¡Ni uno! frente al segundo típico conflicto madre-hija ¿qué estas buscando? ¿por que sales tanto? ¿qué es lo que quieres lograr de los hombres? ¿por que te vistes así? Acaso no te das cuenta que vistiendote asi y saliendo tanto no lograrás nada, ¿es eso lo que quieres de tu vida?
Analicemos:
Días de salida: viernes y sábado
Duracíón de dicha etapa: quizás sólo 5 meses
Vestimenta: Soy clásica, moderna también, pero ¿descarada? ¡¡¡jamas!!! además luzco como un palo de escoba, no tengo una tremenda delantera, a decir verdad me hace falta, y por detrás, no es que los hombres volteen a mirar esa parte de mi (muy bien considerado por mi persona) cuerpo.
Entonces ¿de que estamos hablando? lógico, si al dia siguiente de una salida voy directo a mi madre a contarle que tal la noche y le salgo con narraciones como la siguiente: ¡Ayer estaba bailando con un tipo y depronto me jalo y me queria besar! por su puesto me moleste y me fui (cerebro de madre, de la mía en todo caso: ¡Que clase de comportamiento tendrá en sus salidas para generar ese tipo de aproximaciones!)
A lo que pienso: confío en mi madre, le cuento todo y ¿que gano? Que en un momento de ansiedad e impotencia me eche en cara detalles personales que ni siquiera son como ella los imagina ¿solución? ¡QUEDATE MUDA!
Inconveniente: ES IMPOSIBLE QUE NATALIA se quede muda...
Tercer conflicto y quizás en el que más razón le de a mi madre: encontrarte un nuevo novio que no habla tu idioma, ni siquiera muy bien el inglés y que además sea judio y viva con un personaje controversial y cuestionado en la mal llamada farándula limeña ¡Dios a donde fui a parar!
¿y que pasa cuando tu cultura nada liberal se mezcla con otra diametralmente opuesta a la tuya?
Pues... o te vas corriendo o te empiezas a llenar la cabeza con esta corriente liberal; como se imaginaran, corriendo no me fui, me quede y me quede parcialmente contenta por que en el fondo mi tradicionalismo algo adormecido por la atracción increiblemente inmensa que me invadio desde el día que lo conocí, lanzaba cada cierto tiempo alertas al comienzo del tipo amigables y luego algo amenazantes.
Y cómo podría reaccionar una madre frente a una hija que cambia totalmente todos sus esquemas de la noche a la mañana por una nueva relación: ¿Qué paso con todos eso ideales de pareja? ¿Cómo es que ahora estas cosas te parecen normales y antes te parecían atroces? ¿Tanto te gusta y te atrae esa persona que eres capaz de perder tus principios? No, no se asusten, no es que me hubiera convertido en una delincuente de la noche a la mañana, pero si tuve unos meses de comportamiento super ajeno a lo tradicional de mi esquema. La única respuesta que tenía para dar, era la misma que me daba a mi y al resto del mundo: Se que está mal, pero déjame equivocarme, ya pasará.
Y pasó...
Ella no se equivoco y quizás me podría atrever a afirmar que tampoco yo. Sabía que no tenía sentido, sabía que no llegaría a mas y sabía que por algunos meses no hice más que engañarme por que equivocadamente me encontraba en un estado total de necesidad de afecto.
Y la vida, luego de ese pequeño desliz; me dio la tranquilidad y la paciencia para aceptar aquella etapa. Decidí darme un tiempo a solas, sin salidas, en familia. A pesar de todo aquello que siempre tuve y nunca me falto, había una parte de mi que sentía necesidad de compartirse con alguien más y es cuando conozco al que vendría a formar parte de este último conflicto con ella, que no apareció hasta el final de la historia. Cuando lo hice público (a los días de conocerlo) pude ver en sus ojos cierta ilusión, por supuesto que lo pude ver, pero la historia se vuelve mucho más compleja y difícil si se trata de alguien que vive a miles de kilómetros de distancia y nunca he visto en persona. Aquel que sabe de lo que hablo, sabe perfectamente que para enamorarse no necesitas tocar, al menos no al inicio y no puedo ni pretendo convencer a nadie que eso es real y puede pasar, me paso y es mi historia y sólo deseo trasmitirla. Ya de pronto cuando lo sentí cada vez más real y más seguro, fui contándolo. Aunque sólo a las personas más importantes en mi entorno. Mi día a día era con él en el medio, presente día y noche, lo que hacía que la ilusión y sentimientos vayan creciendo de manera indescriptible. Sólo cinco meses pasaron hasta que finalmente entró a casa.
¡Dios! hasta ahora recuerdo que mis ilusiones y mis nervios eran los suyos (hablo de mi madre) hasta ahora recuerdo que un día antes de llegar se quedó despierta conmigo hasta tarde arreglando lo que sería su cuarto, recuerdo que camino a casa ya con él a mi lado, llamó para preguntar como iba todo, incluso recuerdo que luego de un día entero al volver a casa me miró sonriendo y me preguntó en voz baja: ¿todo bien? ¿ya son novios?...Hoy pienso ¡No sabes cuanto daría por hacerte feliz si quiera con esto... diciéndote todo está bien, vamos a seguir juntos, no nos equivocamos, ni tu ni yo. Pero la vida no es así de fácil y las cosas no tienen que ser necesariamente como queremos!
Cuando el partió dejó un vacío tan inmenso que me costaba respirar, y sólo dos o tres días después de su partida aparecieron mis temores, ese miedito estúpido (y a veces quizás certero) que me decía: ¿qué pasa si no vuelve?, ¿qué pasa si esta es la última vez que estaremos juntos?, ¿qué pasa si no soy lo suficientemente buena para él?, ¿qué pasa si no colmé sus expectativas?, ¿qué pasa si no calé en lo más profundo de su corazón?... dudas y miedos que no hicieron más que producirme fantasmas alejándome de él. Si a eso le sumas sus propios miedos y sus propias dudas, la relación no puede continuar y así sucedió.
Con el corazón herido y tratando de borrarlo de mis planes, de mis sueños y de mi vida, tuve a mi madre al frente diciéndome ¿cuánto tiempo más seguiras cometiendo estos estúpidos errores y perdiendo tu tiempo? ¿Ya te diste cuenta que te equivocaste? ¿Por que lloras y por que sufres por alguien que no vale la pena?. Quizás hoy me da risa y me permito sonreir, pero en ese momento necesitaba un abrazo y no una fila de reproches que quizás eran para ella. Hoy no lo se, no se cómo mirarla ni cómo acercarme y cómo decirle que la necesito y que sólo quiero que me escuche y me diga: Esto también pasará.
Sé que quieres que te haga feliz viéndome realizada y dentro de una relación estable. Yo creí en él y creí en la relación, y sé que tu también lo hiciste como mucha gente al rededor, pero son mis sueños los rotos, es mi corazón el dañado y es mi vida. Déjame sufrir y déjame equivocarme, déjame seguir con la esperanza de que volverá por mi y déjame sufrir cuando finalmente reconozca que eso nunca sucederá.
Te quiero mucho y no se vivir sin ti a pesar de que muchas veces me resultes insoportable (tranquila, sé que te resulto insoportable gran parte del tiempo también) pero se además que me amas tanto como yo a ti.
Nov. 07
1 comentario:
Simpático tu blog....! Creo que volveré a ver alguna otra cosilla...
Un beso
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